Por Dani Silva.
New York descubre la modernidad de Barcelona en el Metropolitan Museum of Art hasta el próximo mes de junio, pero quienes visitan la exposición “Gaudí to Dalí” salen de esta institución con nuevos nombres e imágenes en sus memorias y retinas. La muestra presenta el poder creativo de la capital catalana entre finales de siglo XIX y principios del XX, pero deja bien claro que ese movimiento incluyó toda Catalunya y el mapa que ilustra la propia muestra señala sitos nuestros como Tarragona, Mont-roig, Constantí, Vistabella o la Horta de Sant Joan.
Este es el primer gran despliegue que intenta explicar al público norteamericano cómo la nación catalana se convirtió, en el período que va de la exposición universal de 1888 al final de la Guerra Civil en 1939, en uno de los centros más dinámicos para el desarrollo del arte moderno y la arquitectura en Europa. Con una evidente intención didáctica los organizadores del museo de Arte de Cleveland en asociación con el Museu Nacional d' Art de Catalunya, han dispuesto las galerías Tisch, ubicadas en el segundo piso, del museo de Arte Metropolitano de Nueva York como una especie de laberinto que guía al visitante desde la Reinaixença hasta el surrealismo de Joan Miró y Salvador Dalí, descifrando en el camino lo que representó el Modernismo, el Noucentisme, las Vanguardias, y el Racionalismo; así cómo la Guerra Civil, con el triunfo del Franquismo y la censura que cortaron los sueños de liderazgo cultural catalán.
Las miradas son diversas y es remarcable el deseo de exhibir mucho más que artes plásticas. Esta es una exposición multidisciplinar que mira al pasado de la península ibérica para intentar descubrir porqué en el noroeste de España, alrededor de la ciudad de Barcelona y sus artistas, se desarrollaron de manera singular la escultura, las artes gráficas, la arquitectura, el diseño y la decoración. En ambientes intelectuales que sólo se asociaban a París o Londres, pero que el espectador descubre en publicaciones catalanas como L’Avenç o Pel & Ploma, en la bohemia que se reunía y mostraba sus obras en el café Els Quatre Cats, o como las creaciones originales de Antoni Gaudí, Lluís Doménech i Montaner y Josep María Jujol se desarrollan de manera independiente y utilizando materiales de construcción propios de la región. En una especie de taller nación donde unos artistas colaboraban en las creaciones de los otros.
Salones de Altafulla y lámparas del Metropol frente a las mansiones de la 5ta Ave.
Este es el primer gran despliegue que intenta explicar al público norteamericano cómo la nación catalana se convirtió, en el período que va de la exposición universal de 1888 al final de la Guerra Civil en 1939, en uno de los centros más dinámicos para el desarrollo del arte moderno y la arquitectura en Europa. Con una evidente intención didáctica los organizadores del museo de Arte de Cleveland en asociación con el Museu Nacional d' Art de Catalunya, han dispuesto las galerías Tisch, ubicadas en el segundo piso, del museo de Arte Metropolitano de Nueva York como una especie de laberinto que guía al visitante desde la Reinaixença hasta el surrealismo de Joan Miró y Salvador Dalí, descifrando en el camino lo que representó el Modernismo, el Noucentisme, las Vanguardias, y el Racionalismo; así cómo la Guerra Civil, con el triunfo del Franquismo y la censura que cortaron los sueños de liderazgo cultural catalán.
Las miradas son diversas y es remarcable el deseo de exhibir mucho más que artes plásticas. Esta es una exposición multidisciplinar que mira al pasado de la península ibérica para intentar descubrir porqué en el noroeste de España, alrededor de la ciudad de Barcelona y sus artistas, se desarrollaron de manera singular la escultura, las artes gráficas, la arquitectura, el diseño y la decoración. En ambientes intelectuales que sólo se asociaban a París o Londres, pero que el espectador descubre en publicaciones catalanas como L’Avenç o Pel & Ploma, en la bohemia que se reunía y mostraba sus obras en el café Els Quatre Cats, o como las creaciones originales de Antoni Gaudí, Lluís Doménech i Montaner y Josep María Jujol se desarrollan de manera independiente y utilizando materiales de construcción propios de la región. En una especie de taller nación donde unos artistas colaboraban en las creaciones de los otros.
Salones de Altafulla y lámparas del Metropol frente a las mansiones de la 5ta Ave.
La instalación de mayores dimensiones expuesta en Nueva York es precisamente una habitación diseñada por el artesano modernista Joan Busquets (1874-1949) para una casa de Altafulla. Este salón de 1899, que ahora es propiedad de un coleccionista anónimo de Tarragona, se presenta como una muestra del diálogo que existía entre los artistas catalanes. Se recuerda al público que no eran simples tapiceros, eran artistas que incorporaban técnicas tan modernas como el pirograbado para enriquecer el valor de las maderas que trabajaban. Y en este espacio dedicado a la arquitectura y el diseño, los comisionados van señalando detalles para que el espectador descubra cómo Busquest colaboró con Gaudí en el diseño de muebles y cómo estas creaciones tenían clientes en Cuba, Puerto Rico,
Centro y Sudamérica.
Al explicar los detalles de la Casa Navàs de la Plaça del Mercadal de Reus o la Casa Lleó Morera del Passeig de Gràcia de Barcelona, ambas diseñadas por Doménech i Montaner se resalta la labor creativa de los colaboradores interdisplinarios y ponen como ejemplo los paneles de cerámica creados, para ambas casas, por el ebanista Gaspar Homar (1870-1955). Citan a Homar como una especie de jefe de redacción, lo que hoy llamaríamos un moderno ejecutivo, capaz de coordinar varios proyectos y velar por el cumplimiento de sus especificaciones en las partes del trabajo encargadas a Josep Pey (1875-1956) que era quien hacía los dibujos o Antoni Serra (1869-1932) que manufacturaba la cerámica.
Llama la atención la temprana utilización que hacen los artistas catalanes de los materiales reciclados. Es posible ver el método del trencadís utilizado por Gaudí y Jujol en el Parque Güell de Barcelona y muestran el proyecto de la Iglesia del Sagrat Cor de Vistabella, en La Secuita, diseñada de manera integral por el arquitecto tarragoní Josep María Jujol (1897-1949). De esta iglesia, también se exhibe la lámpara que Jujol hizo con metal y madera reciclada en abierto contraste con otra de sus lámparas-dragón que iluminaron el teatro Metropol, y que el ayutamiento de Tarragona ha prestado a la exposición.
El laberinto de obras y maquetas avanza, uno se pierde en el Noucentisme, para después aterrizar en las vanguardias de la mano de Joan Miró (1893– 1983) con su obra Mont-roig, The Farm. Esta pieza ahora es propiedad de la Nacional Galery de Washington, gracias a una donación de la hija de Hemingway. Y es que ese cuadro fue comprado originalmente por “el podre y oscuro escritor enamorado de España, Ernest Hemingway”. Los nombres conocidos de Joan Miró, Salvador Dalí y Pablo Picasso sirven de gancho para atraer espectadores que ahora descubren a Casas, Rusiñol o Nonell. Gaudí es reconocido y a la vez “sirve” para presentar al joyero Masriera o al ceramista Llorens Artiga. Se recuerda a los norteamericanos que Josep Lluís Sert antes de ser el decano de la escuela de Diseño de la universidad de Harvard, fue el arquitecto que creó el dispensario Anti-tubersculos de la República. Y la marca Barcelona, la utilizan para vender toda Catalunya y por ahí se cuelan los nombres de Reus, Tarragona o Altafulla.
Apuntes:
La exposición: Barcelona and Modernity: Gaudí to Dalí estará abierta hasta el 3 de Junio-2007 en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Ubicado en el Central Park, con fachada a la 5ta Avenida, entre las calles 79 y 82. Cierra los lunes. No confundir con el MoMA de la calle 54 como ha pensado algún turista despistado.
Este montaje se ha hecho con la colaboración financiera de la Generalitat de Catalunya y la Obra Social de Caixa Catalunya. Se dice que Casa Ramona de Josep Puig i Cadafalch se ha transformado en centro cultural, pero no lo llaman por su actual nombre Caixa-Forum para no mencionar a “La Caixa”, que es la competencia.
El único artista que aparece identificado como español es Pablo Picasso, pero siempre se recuerda que trabajó, vivió y creó su obra en Catalunya. Sobretodo exhiben los cuadros que pintó en su verano en Gósol, pueblo ubicado al noroeste de la comarca del Berguedà en el Parc natural del Cadí-Moixeró.
Apuntes:
La exposición: Barcelona and Modernity: Gaudí to Dalí estará abierta hasta el 3 de Junio-2007 en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Ubicado en el Central Park, con fachada a la 5ta Avenida, entre las calles 79 y 82. Cierra los lunes. No confundir con el MoMA de la calle 54 como ha pensado algún turista despistado.
Este montaje se ha hecho con la colaboración financiera de la Generalitat de Catalunya y la Obra Social de Caixa Catalunya. Se dice que Casa Ramona de Josep Puig i Cadafalch se ha transformado en centro cultural, pero no lo llaman por su actual nombre Caixa-Forum para no mencionar a “La Caixa”, que es la competencia.
El único artista que aparece identificado como español es Pablo Picasso, pero siempre se recuerda que trabajó, vivió y creó su obra en Catalunya. Sobretodo exhiben los cuadros que pintó en su verano en Gósol, pueblo ubicado al noroeste de la comarca del Berguedà en el Parc natural del Cadí-Moixeró.
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